Entraremos en igualdad de condiciones, pero deberemos combatir para lograr nuestro cometido. Aunque las almas no lo quieran, ustedes deberán forzarlas a venir, ya que los falaces ofrecimientos que se les han inculcado, brotarán como fuerzas de arraigo a lo embaucadoramente inculcado. Por el contrario, siendo nuestro cometido los últimos, ellos se dejarán llevar por nuestra suave brisa y dejarán realizar la encomienda, dado que reconocerán de inmediato nuestra verdadera oferta.
El mundo entero espera por nosotros y nos debemos a él, ya que toda la Creación contenida es bella y por Luz ha sido corrompida.
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